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Objetivos y planificación: cómo cristalizar el deseo en acción


Todas las personas de éxito se caracterizan porque, previamente, sabían lo que querían lograr.

Antes de comenzar una carrera sin rumbo hacia el éxito, debes establecer una serie de objetivos personales  con la mayor precisión posible.

Cuando se trata de dinero -como es el caso de esta obra-, has de indicar la cifra exacta que quieres alcanzar. Cuánto dinero quieres conseguir.

¡Pero eso no es todo!

Has de fijar, igualmente, una fecha límite para el cumplimiento de dicho objetivo, así como aquello que estás dispuesto a invertir para lograrlo. De lo contrario, lo más probable es que procrastines indefinidamente y jamás inviertas los recursos necesarios. Necesitas claridad de ideas. Y eso sólo se logra con un objetivo, un plazo y una inversión específica.

Esto último es más importante de lo que parece. Aquello que vas a invertir y aquello que vas a dar a cambio de la fortuna que deseas crear.

Esto no sólo debería traducirse en lo que vas a invertir durante el proceso para crear tu fortuna, sino también en aquello que vas a aportar a la sociedad o al mundo. Se trata de una aportación mutua de valor. De hecho, el dinero no es otra cosa que un instrumento para intercambiar valor. Has de dejar de pensar en la riqueza como algo meramente ligado al dinero y la reputación.

Por otro lado, el cumplimiento de tu objetivo debe articularse de alguna manera. Es decir, necesitas un plan que describa los pasos a realizar: ¿Cómo vas a llegar a la cifra que te has propuesto, en el plazo que te has propuesto?

Una vez que tengas confeccionado tu plan, ponte en marcha sin perder ni un segundo. Esto es algo de lo que Napoleon Hill habla más adelante.

Antes de cerrar este apartado, conviene que tengas en cuenta lo siguiente. Nuestra época se caracteriza por un cambio constante y acelerado.

Por lo tanto, aquellos pasos que establezcas en tu plan no deberían estar grabados a fuego, sino ser una guía que te permita mantener la dirección y recuperar el rumbo cuando te hayas distraído. Ahora bien, si es necesario, cambia los pasos, cambia la estrategia y adáptala a las nuevas circunstancias que se crucen en tu camino.

Estos pasos son tan sólo la forma de llegar a tu destino, no el destino en sí mismo, por lo que deberías ser capaz de pivotar cuando sea necesario, para poder seguir avanzando.


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