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Reconocimiento de las fortalezas y debilidades



Napoleon Hill cerraba el apartado del conocimiento recomendando rodearse de aquellas personas que complementan nuestro propio conocimiento. Esto es lo mismo que decir que debes contar con la ayuda de aquellas personas que suplen tus debilidades.

Es más, las debilidades son una de las principales causas de la procrastinación y la falta de fe en uno mismo. Por ese motivo, han de conocerse y se han de tomar medidas para contrarrestarlas o, por lo menos, compensarlas con las fortalezas.

El análisis de la fortalezas y debilidades debe tener lugar tanto de forma interna como externa.

Es decir, por un lado, debes someterte a una serie de preguntas sencillas acerca de si estás cumpliendo los objetivos, si estás adoptando una actitud de constante fe y dedicación y si estás tomando las decisiones con la rapidez y determinación necesarias.

Escribe los detalles de cada respuesta y las razones de dicha respuesta, para comprender tus puntos fuertes y tus puntos débiles.

Por otro lado, pide a una persona de confianza y que te conozca en profundidad que responsa a esas mismas preguntas acerca de ti, de la forma más honesta y asertiva posible.


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