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LibroBox Pocket: El Carril Rápido del Millonario


El carril rápido del millonario LibroBox Pocket

MJ DeMarco es un emprendedor, inversor y millonario hecho a sí mismo. Su obra “El carril rápido del millonario”, denuncia que las convenciones más extendidas acerca de cómo convertirse en millonario están totalmente equivocadas.

La sabiduría popular siempre ha recomendado recibir una buena educación, trabajar duro y ahorrar todo lo posible, para disfrutar de una pequeña fortuna durante la vejez. Sin embargo, según este autor, no tiene sentido dejar lo mejor para el final de tu vida, o lo que denomina, la “riqueza en una silla de ruedas” o el “carril lento del millonario”.

De hecho, desmonta varios convencionalismos como, por ejemplo, la idea de que la clave de la riqueza es tener un salario elevado o lograr acertar con una idea de negocio.

MJ DeMarco es muy crítico con este planteamiento y con los gurús que lo defienden, llegando a afirmar que éstos no se han hecho ricos aplicando su propio, sistema sino vendiendo dicho sistema a los aspirantes a hacerse ricos.

  • El «carril lento del millonario» requiere invertir toda una vida de trabajo, hasta llegar a una vejez donde no es posible disfrutar de los verdaderos placeres del mundo.
  • El «carril lento del millonario» está además limitado por el tiempo del que dispones para trabajar y determinados riesgos que no puedes controlar como, por ejemplo, la evolución del mercado bursátil.

En su lugar, MJ DeMarco propone un enfoque radicalmente distinto: retírate joven.

Sólo cuando tu salud y vitalidad están en su momento álgido es cuando puedes disfrutar plenamente de los placeres de la vida. Ésta es la estrategia del “carril rápido del millonario”, que implica adoptar una nueva mentalidad, concebir la riqueza y la abundancia de una manera diferente y emprender una ruta alternativa hacia la libertad financiera.

Claves iniciales del carril rápido del millonario

A menudo, los jóvenes millonarios son identificados con artistas o deportistas de élite, cuyo éxito y fortuna emanan de su talento. Sin embargo, la mayor parte de la gente carece de esta virtud.

MJ DeMarco no es una excepción a esta regla y dedica un capítulo inicial a describir las dificultades que experimentó durante varios años en su intento por hacerse millonario rápidamente, en lugar de seguir el camino tradicional en el que se embarcaron sus amistades y compañeros.

Describe la frustración generada por la acumulación de sus fracasos, y por ver cómo incluso las personas más próximas –como su madre o su pareja- terminaron por perder las esperanzas en él.

Finalmente, decidió abandonar el hogar de su madre y mudarse a otra ciudad, con el fin de cambiar de ambiente.

Esto también supuso afrontar la cruda realidad de no disponer de recursos, contactos ni apoyo de ningún tipo, lo cual también le obligó a focalizar su atención y redoblar sus esfuerzos.

Por fin, una de sus ideas de negocio –una web para reservar limusinas- tuvo éxito y, en poco tiempo, recibió una oferta millonaria para venderla, la cual aceptó.

En resumidas cuentas, este autor destaca que la creación de riqueza no tiene lugar de forma lineal –como en un trabajo convencional-, sino de forma exponencial. Además, el cambio que finalmente suponga la materialización de esa riqueza puede tener lugar de manera instantánea, pese a todo el proceso de maduración previa.

Convertirse en millonario es un proceso, no un éxito de la noche a la mañana

Durante años, la prensa se ha encargado de crear una idea distorsionada del éxito y de cómo convertirse en millonario.

Con frecuencia, se presenta la imagen de un joven emprendedor que se ha hecho millonario gracias a una genial idea de negocio. El gran público lo percibe como un éxito repentino de la noche a la mañana, el cual está únicamente sustentado por una idea original e innovadora.

Sin embargo, la realidad es muy diferente.

Convertirse en millonario o millonaria no tiene lugar en un momento concreto, sino que dicho éxito suele ser fruto de un proceso de aprendizaje, perseverancia y maduración.

MJ DeMarco pone el ejemplo de un jugador de la élite del baloncesto que firma un contrato millonario. Dicho éxito es el fruto de años de práctica y competición, renunciando al ocio o al entretenimiento, para desarrollar y mantener el estado de forma óptimo que le ha permitido alcanzar el mayor rendimiento posible.

Lo mismo ocurre con la noticia de un joven emprendedor que vende su negocio online tras una oferta millonaria. Nadie menciona las maratonianas jornadas de trabajo codificando la web y creando el negocio en pésimas condiciones desde su garaje. El público sólo es testigo del momento final de gloria y éxito.

Este autor advierte de los peligros de dejarse llevar por la idea equivocada de que convertirse en millonario es fruto de un éxito repentino.

Ese tipo de mentalidad te hará tomar decisiones sin criterio, basadas en la esperanza de acertar con una determinada idea. En cierto modo, esta forma de proceder se parece más al juego de azar que a la verdadera filosofía del emprendedor millonario.

Si crees que todo depende de una supuesta “gran oportunidad” o una “gran idea” que sólo pasa una vez en la vida, puedes terminar invirtiendo en proyectos con escasas probabilidades de éxito, cegado por la esperanza de te hagan millonario.

Esta concepción es absolutamente irrealista y te impedirá invertir tu esfuerzo y recursos en un proceso que sí podría conducirte a la riqueza.

Para lograr la independencia financiera, necesitas contar con un negocio auto-sostenible o un producto que te permita seguir generando ingresos incluso aunque tú ya no estés invirtiendo tu tiempo y tu trabajo en él. Obviamente, eso requiere planificación y una importante dedicación inicial.

En este caso, MJ DeMarco recurre la saga Harry Potter como ejemplo de un producto cuya elaboración requirió de planificación y dedicación, para después generar ingresos de manera recurrente una vez terminado. Su autora J.K. Rowling no sólo se hizo millonaria sino que, actualmente, continúa recibiendo cuantiosos ingresos, provenientes de los derechos de autor de los libros, películas y merchandising.

En resumidas cuentas, este autor aboga por crear una fuente de ingresos que no dependa de tu tiempo, mediante la elaboración de un cuidado plan de negocio, la adquisición de las habilidades específicas y la explotación de una buena oportunidad de negocio.

La fórmula de la riqueza, los 3 carriles y el cambio de mentalidad

MJ DeMarco afirma que la riqueza es el resultado de una fórmula concreta que combina los cuatro siguientes factores:

  • La ruta o carril que sigues, que es fundamentalmente el tipo de mentalidad.
  • El vehículo, el cual te representa a ti.
  • La carretera, que alude al tipo de actividad o profesión que desempeñas.
  • Y la velocidad que imprimes a todo el proceso.

Por otro lado, este autor descarta gran cantidad de factores que suelen considerarse necesarios como, por ejemplo:

  • Provenir de una buena familia.
  • Trabajar duramente o de forma inteligente.
  • Contar con una educación o titulación específicas.
  • Disponer de un gran plan de negocio.
  • Tener contactos.
  • Poner pasión en lo que haces.

Según MJ DeMarco, ninguno de estos elementos es imprescindible. De lo que sí advierte es que el camino hacia la riqueza está lleno de dificultades, las cuales deben ser afrontadas y superadas. Debes recorrer ese camino para aprender cómo funciona la generación de riqueza.

Las tres rutas o carriles a las que alude son la «acera«, el «carril lento» y el «carril rápido«, las cuales representan la pobreza, la mediocridad y la riqueza respectivamente, y son una consecuencia directa de la mentalidad de cada persona.

La forma en la que percibes aspectos críticos como el dinero, la educación, el tiempo o tu fuente de ingresos determina la ruta que vas a seguir.

Si deseas convertirte en millonario o millonaria, entonces debes comenzar por cambiar tu forma de pensar.

La ruta de la acera: vivir el día a día sin un plan

La acera es la ruta más frecuentada en nuestra sociedad y se basa en la búsqueda de la satisfacción inmediata, descuidando por completo el futuro y prescindiendo de cualquier planificación.

La mentalidad de quienes caminan por la ruta de la acera se caracteriza por aspectos como los siguientes:

  • La deuda o crédito es un instrumento para comprar cosas sin tener que esperar.
  • Lo que importa es disfrutar el presente y conseguir el sueldo más elevado posible.
  • Su educación terminó con su graduación o titulación universitaria.
  • La riqueza es fruto de sus ingresos y su deuda.
  • La aceleración de su riqueza depende de factores arbitrarios como la lotería y el juego.
  • La culpa de sus males siempre es ajena y su porvenir es responsabilidad de otros, como sus padres, su jefe o el gobierno.

Habitualmente, estas personas viven en la pobreza y en el filo de la navaja, por lo que un evento adverso puede suponerles serias dificultades.

No obstante, también hay personas con elevados ingresos que se caracterizan por este tipo de mentalidad. Eso les hace vivir por encima de sus posibilidades, sin ahorrar, ni pensar en el futuro. De hecho, MJ De Marco señala que la solución para una pésima gestión financiera no es generar más ingresos, sino contar con un plan financiero adecuado.

El peor de los casos es el protagonizado por quienes fingen vivir en la abundancia, intentando aparentar una gran fortuna de la que carecen. Este engaño no hace sino hipotecar sus vidas y destruir su riqueza.

El dinero no equivale a la riqueza pero puede incrementarla

Por regla general, la riqueza es identificada con el dinero. Sin embargo, es mucho más que eso.

De acuerdo con este autor, la riqueza se compone de tres elementos , cuya combinación es la clave de la felicidad.

  • El primer elemento lo componen las relaciones significativas, incluyendo la pareja y la familia.
  • El segundo elemento se compone de la salud y el bienestar físico.
  • Y el tercer elemento es la libertad.

Es decir, la riqueza no consiste en amasar una enorme fortuna. Es más, se puede tener una cuenta corriente llena de dinero y estar sumido en la más absoluta depresión, siendo esclavo del trabajo o el consumismo. Seguramente, ésa no sea la imagen de riqueza que tengas en mente.

La abundancia e independencia financiera es, más bien, un instrumento para alcanzar la riqueza, especialmente, gracias a la libertad que proporciona.

En el momento en que dispones de dinero suficiente, puedes dejar de intercambiar tu tiempo por dinero, como sucede en cualquier puesto de trabajo convencional.

Es entonces cuando puedes utilizar tu dinero para comprar tiempo, el cual invertir en aquellas cosas que te llenan y satisfacen, ya sea viajar, dedicarte a tus aficiones o disfrutar de la compañía de la gente a la que quieres.

En definitiva, el dinero te permite hacer lo que deseas hacer, cuando y como lo quieras hacer.

Sin embargo, hay multitud de cosas que el dinero no puede comprar. El dinero no puede restaurar tu salud cuando ya la has perdido, ni tampoco puede proporcionarte relaciones significativas. De hecho, a menudo, sucede todo lo contrario y te ves rodeado o rodeada de hipocresía y frivolidad.

Recuerda esto: el dinero no es sinónimo de riqueza pero con él puedes comprar tu libertad, la cual sí es un componente indispensable de la riqueza.

Planificación y responsabilidad como parte de la mentalidad millonaria

A menudo, la gente cree equivocadamente que convertirse en millonario es una cuestión de suerte o destino. Si ése es tu caso, esta mentalidad está saboteando cualquier oportunidad que tengas de lograr la prosperidad financiera.

En contra de lo que la mayor parte de la gente piensa, alcanzar la riqueza es una cuestión de mentalidad y planificación. La suerte es el residuo o consecuencia inevitable de la ejecución de dicha planificación.

Esto implica definir los pasos y etapas en la creación de tu riqueza, así como anticipar los peligros y prepararte para los momentos de adversidad, ya se trate de una crisis o recesión económica global o de un fenómeno que te afecta a nivel individual como, por ejemplo, la pérdida de tu empleo o el desarrollo de una enfermedad.

Si no dispones de un plan adecuado, vas a estar a merced de estos cambios y desafíos que surjan en tu vida.

La inmensa mayoría de las personas viven día a día, son totalmente dependientes del sueldo que ganan, y gastan indiscriminadamente aquello que tienen, sin adoptar ningún tipo de medida de precaución respecto a su futuro. Creen que su prosperidad no depende de sí mismas, e incluso se justifican afirmando que “mañana pueden ser atropelladas por un coche” o aludiendo a cualquier otro fenómeno que escapa a su control.

Este tipo de mentalidad limitada les hace buscar constantemente una gratificación inmediata. Consumen productos y malgastan su dinero de forma compulsiva, sin establecer prioridad alguna y sin sopesar los riesgos. Después de todo, ¿por qué habrían de preocuparse si su destino no está en sus manos?

En estas circunstancias, cualquier adversidad –como, por ejemplo, la pérdida de su trabajo- acarrea graves consecuencias para su calidad de vida.

De hecho, la pasada crisis económica e inmobiliaria hizo que muchas personas perdiesen su hogar, al ser incapaces de pagar la hipoteca que habían contratado años atrás, y carecer de ahorros suficientes para salir adelante.

Por otro lado, el hecho de disfrutar de elevados ingresos no te hace inmune a este problema. La falta de planificación afecta a todos por igual. No importa cuánto dinero ganes porque terminarás gastándolo todo.

Como complemento a lo mencionado en esta obra, vale la pena señalar que múltiples estudios han corroborado que alrededor del 70% de los ganadores de la lotería terminan arruinados. De hecho, una publicación del prestigioso MIT Press Journals puso de relieve las nefastas consecuencias de ganar la lotería.

Sin planificación, ni la mentalidad adecuada, no importa de cuánto dinero dispongas. Acabarás perdiéndolo.

Claro que hay factores en la vida que no puedes controlar, pero eso jamás deberían convertirse en una excusa para no planificar tu porvenir financiero. Es más, contar con un plan y prepararte para el peor escenario también te permitirá neutralizar o, al menos, sobrellevar cualquier desgracia que puedas sufrir, con independencia de que la hubieses podido evitar o no.

En definitiva, debes adoptar una actitud responsable que implique tomar el control de tu destino, evitando el tradicional victimismo de quienes responsabilizan a los demás de sus desgracias o su falta de éxito.

El carril lento: resignarse a la mediocridad

El «carril lento» reúne los consejos y técnicas para generar riqueza que recomiendan la mayor parte de expertos y gurús.

La estrategia más recomendada siempre se basa en los mismos elementos: adquirir una buena educación, conseguir un trabajo bien remunerado, matarse a trabajar durante 40 ó 50 años e invertir parte de los ingresos, con el objetivo de acumular una pequeña fortuna que genere dividendos, y disfrutar así de una cómoda vejez.

Este enfoque conservador y tradicional es lo que el autor denomina el “carril lento” o el “millonario en la silla de ruedas”.

La mentalidad de quienes recorren el «carril lento» se caracteriza por aspectos como los siguientes:

  • La deuda es el diablo y debe ser evitada a toda costa.
  • Intercambian su tiempo por dinero, y su puesto de trabajo es la única fuente de ingresos.
  • Contar con una buena educación es clave para conseguir un mejor salario.
  • El dinero es escaso y debe ser ahorrado para la jubilación.
  • La riqueza equivale al salario más la inversión bursátil o inmobiliaria.
  • Evitan los riesgos y las grandes aspiraciones.
  • Se sienten responsables de su familia pero delegan dicha responsabilidad en su empleador o el gobierno.

A priori, esta mentalidad puede parecer razonable. Sin embargo, está llena de defectos y riesgos.

Por un lado, tu capacidad para generar ingresos a partir de un sueldo es muy limitada. Tan sólo hay 24 horas al día y no puedes pretender trabajar cientos de horas a la semana con el fin de incrementar tus ingresos.

De hecho, la idea de intercambiar 5 días de trabajo por 2 días de descanso supone, en sí misma, un retorno negativo de la inversión.

Puedes intentar incrementar tu salario. Sin embargo, tu jefe o empleador no va a multiplicar tu nómina por mucho que seas un empleado o empleada ejemplar.

Por otro lado, la inversión en una cartera de valores está a merced de la evolución de los mercados y, por tanto, escapa a tu control. Una caída repentina de la bolsa o un crecimiento inesperadamente lento del valor de tus activos puede arruinar tus planes de disfrutar de una vejez próspera.

Con frecuencia, se esgrime el poder del interés compuesto como el gran secreto para obtener una excelente rentabilidad con la inversión bursátil a largo plazo.

Todo ello, suponiendo que dispongas del tiempo suficiente y unos ingresos recurrentes que puedas invertir periódicamente.

Sin embargo, la inflación también va a hacer mella tanto en tu inversión como en tus ahorros. Con el paso del tiempo, el capital acumulado irá perdiendo valor y tu capacidad adquisitiva se verá reducida. Con una inflación de alrededor del 2% anual, lo que ahorres ahora se habrá devaluado en un 80% dentro de 40 años.

Finalmente, la idea de tener que esperar a la vejez para disfrutar de tu riqueza está lejos de ser idónea. Después de todo, habrás invertido los mejores años de tu vida trabajando duramente, en lugar de aprovechar tu juventud. Además, no se puede descartar la posibilidad de que la mala salud en tu vejez te impida disfrutar de tu fortuna o, en el peor de los casos, fallezcas antes de tiempo.

No necesitas un flamante título académico para amasar una fortuna

Contar con una formación y titulación académica no garantiza que vayas a lograr alcanzar la riqueza económica.

Es cierto que determinadas titulaciones universitarias permiten acceder a profesiones caracterizadas por mayores ingresos como, por ejemplo, la medicina o la arquitectura.

Igualmente, también hay titulaciones que pueden suponer un incremento de tus ingresos como, por ejemplo, cursar un MBA; es decir, un máster en administración de empresas.

Sin embargo, en ningún caso hay garantías de que se vaya a conseguir un puesto de trabajo altamente remunerado.

A esto hay que añadir el elevado coste de oportunidad y el coste económico que dicha formación implica, lo que ya de por sí supone una dura carga que sobrellevar.

Durante los años de formación académica difícilmente podrás generar ingresos y, para colmo, tendrás que hacer frente al coste financiero de aquella, lo que incluso puede suponer endeudarte durante largo tiempo.

Por otra parte, la educación académica convencional también limita tu ingenio y tu forma de pensar, encorsetándolos en los cánones habituales.

Si quieres generar riqueza de una forma no convencional, debes ser capaz de pensar de una forma no convencional.

Esto es especialmente importante en el ámbito financiero. Mediante la formación universitaria habitual puedes aprender cómo calcular el ROI o retorno de la inversión; sin embargo, tu capacidad para juzgar y valorar la inversión de una forma innovadora también quedará enclaustrada dentro de los estándares que te han sido inculcados durante años de educación convencional.

La realidad difiere mucho de ese tipo de planteamientos.

En la práctica, lo que importa no son las titulaciones sino disponer de una serie de conocimientos y habilidades específicas. Por ejemplo, crear un negocio online puede requerir que sepas escribir código informático pero no necesitas un título de ingeniería para eso.

De hecho, muchas de las personas más ricas y exitosas del mundo –como Bill Gates o Steve Jobs- jamás completaron su formación universitaria.

Ahora que tienes claro que los títulos y la educación convencional no son la clave para hacerte millonario o millonaria, comprobemos qué es lo que sí funciona.

El carril rápido del millonario: creación de un negocio y multiplicación del valor

Quienes utilizan el «carril rápido del millonario» tienen una mentalidad caracterizada por aspectos como los siguientes:

  • La deuda es útil si permite hacer crecer su negocio o sistema.
  • El tiempo es el bien más preciado que existe.
  • Para crecer constantemente, debes estar aprendiendo constantemente.
  • El dinero es abundante y un reflejo de lo que se construye.
  • Sus ingresos provienen de sus negocios e inversiones, y la riqueza equivale a los beneficios y el valor de sus activos.
  • Controlan su destino, elaborando y ejecutando un plan financiero.

Según MJ DeMarco, la principal clave para convertirse en millonario o millonaria por el carril rápido es la creación de un negocio y la multiplicación de su valor.

Sólo creando un negocio podrás generar ingresos pasivos, o lo que es lo mismo, dejar de intercambiar tu tiempo por dinero. Es lo que el autor denomina los “árboles del dinero”; es decir, sistemas que siguen funcionando de forma autónoma sin tu constante intervención.

Los principales sistemas recomendados son los siguientes:

  • Sistemas de inversión inmobiliaria para el alquiler.
  • Sistemas de software.
  • Sistemas de contenido, ya sean publicaciones online u offline.
  • Sistemas de distribución de productos.
  • Sistemas dependientes de capital humano, que son los menos recomendables por el riesgo inherente a la gestión de empleados.

Sea cual sea el sistema de escojas crear, la clave del éxito consiste en incrementar el valor generado por el negocio.

MJ DeMarco se vale de la siguiente fórmula para explicar cómo incrementar el valor:

El beneficio neto equivale a las unidades vendidas multiplicadas por el margen de beneficio de cada unidad.

Pues bien, los millonarios se centran en incrementar las dos variables que determinan el beneficio neto; es decir, el número de ventas y el margen de beneficio por cada unidad vendida.

Finalmente, hacen caja vendiendo el valor de su negocio al precio más elevado posible. A esta liquidación se la conoce como «estrategia de salida» y puede generar una gran fortuna, siempre y cuando se sepa medir los tiempos y vender en el momento adecuado.

Los millonarios piensan como productores, no como consumidores

Si quieres convertirte en millonario o millonaria debes dejar de pensar como un consumidor y comenzar a pensar como un productor.

Vivimos en una sociedad de consumo en la que se nos expone continuamente a estímulos de compra y se nos inculca una mentalidad consumista desde la más tierna infancia. Básicamente, se nos enseña a ser consumidores.

Cada vez que vemos un anuncio, prestamos atención al producto, pensamos en la experiencia y el placer de utilizarlo, y nos focalizamos en cómo hacernos con él. Sin embargo, hay todo un mundo oculto detrás del anuncio, y que sólo la gente con mentalidad productora puede ver.

Este tipo de personas perciben la información de una manera distinta, prestando atención a cuestiones como el diseño y la estrategia de marketing utilizada para vender del producto; es decir, aquellos elementos que lo convierten en un éxito en el mercado.

En lugar de ver los productos como un mero objeto de consumo, debes buscar la información de cómo las empresas diseñan, elaboran y venden dichos productos, así como las diferentes estrategias y modelos empleados para la generación de ingresos.

Éste es el tipo de conocimiento que necesitas si quieres generar riqueza rápidamente.

Adopta la perspectiva de un productor y aplica el conocimiento de lo que aprendas en tu propio negocio, dejando en el pasado la mentalidad dependiente propia del empleado y del consumidor.

Tú eres el vehículo de tu riqueza: protégete y sácate partido

MJ DeMarco comienza a explicar este elemento de su fórmula para la generación de riqueza aludiendo al concepto de ser “propietario de ti mismo o ti misma”.

Comienza recomendando tener tu propia empresa, en lugar de trabajar como autónomo. Entre muchas otras cosas, destaca que esto te permite limitar tu responsabilidad frente a clientes y acreedores, lo cual es una importante medida para proteger la riqueza que hayas generado previamente.

En segundo lugar, alude a la importancia de tomar decisiones acertadas, fruto de una reflexión. Este consejo es aplicable tanto para quienes están creando su fortuna, como para aquellos que ya han tenido éxito y se han convertido en millonarios.

Tus decisiones determinan tu futuro. El autor ofrece muchos ejemplos aludiendo a opciones como éstas: elegir conducir sin seguro, elegir ver la televisión en lugar de leer un libro, elegir comprar a crédito, elegir jugar a videojuegos 30 horas a la semana, elegir conducir bajo los efectos del alcohol, etc.

Cada una de estas y muchas otras malas decisiones te conducen a la pobreza e incluso pueden tener consecuencias catastróficas.

Con el fin de tomar las mejores decisiones, este autor ofrece dos herramientas:

  • El análisis de las consecuencias del peor escenario, cuyo significado no necesita más explicación.
  • La matriz de decisión promedia ponderada, la cual se utiliza para importantes decisiones y no es sino una forma algo sofisticada de comparar los granes pros y contras de dos opciones, atribuyendo de forma ponderada una mayor o menor puntuación a los factores que van a determinar tu decisión.

Por último, este autor insiste en que el tiempo es el bien más valioso que existe y, por tanto, debería ser utilizado de la forma más eficiente posible, en lugar de ser malgastado. En este sentido, destaca la importancia:

  • Saber gestionar el tiempo libre.
  • Evitar un endeudamiento que te obligue a trabajar más tiempo del necesario para pagar tus deudas.
  • Aprovechar cualquier ocasión disponible para aprender de forma constante.
  • Aprovechar las oportunidades, asumiendo riesgos de forma inteligente, en lugar de esperar al momento adecuado que nunca llegará.

Los mandamientos de la creación de riqueza

MJ DeMarco expone cinco mandamientos que, a su entender, deben regir la creación de tu negocio y, por tanto, de tu consiguiente riqueza.

  • El mandamiento de la necesidad, que implica que un negocio funciona a partir de su capacidad para aportar valor y resolver los problemas de los clientes.
  • El mandamiento de entrada, que determina que las barreras de entrada a un sector son una garantía de protección y éxito a largo plazo.
  • El mandamiento del control, de acuerdo con el cual tú debes ser la persona que tome las decisiones financieras.
  • El mandamiento de la escalada, según el cual un negocio que desea crecer debe contar con un mercado en el que hacerlo.
  • El mandamiento del tiempo, que exige que un negocio pueda ser automatizado lo máximo posible.

Cada uno de estos mandamientos son “carreteras hacia la riqueza”, las cuales deben estar inspiradas o guiadas por un destino.

Dicho destino no es otra cosa que un conjunto de objetivos financieros específicos, que abarcan tu estilo de vida y el coste económico de ésta.

Olvida el consejo de dedicarte a lo que te apasiona

Son muchos los expertos que recomiendan buscar una forma de monetizar tu pasión. Sin embargo, MJ DeMarco advierte que los consumidores no están interesados en tus pasiones, sino en aquello que tu producto o servicio puede hacer por ellos.

Es decir, tus clientes sólo compraran tus productos o contratarán tus servicios cuando éstos satisfagan sus necesidades, resuelvan un problema o proporcionen un valor añadido a sus vidas. En definitiva, debes ofrecerles algo que ellos desean, no aquello que te apasiona.

Por ejemplo, un vecindario con alto índice de criminalidad estará mucho más interesado en cerraduras de seguridad y rejas para las ventanas, que en bolsos de marca y queso ecológico.

Tal y como dice un refrán alemán: el gusano debe ser sabroso para el pez, no para el pescador.

Este autor no se niega a que crees un negocio en torno a algo que te apasiona, pero advierte de los riesgos. Será necesario que ofrezcas algo genuino y excepcional si deseas hacer frente a la competencia.

De hecho, MJ DeMarco pone como ejemplo el mundo extremadamente competitivo de los artistas. La mayor parte de cantantes, actores, músicos, bailarines o pintores profesionales viven en la precariedad y sólo unos pocos privilegiados logran alcanzar un éxito que les proporcione la riqueza propia de un millonario. Todos ellos han invertido años de dedicación y entrenamiento y ni siquiera eso es una garantía de éxito.

Por supuesto, esto es aplicable a cualquier ámbito que te apasione. Si quieres hacer de tus aficiones o pasiones un negocio que te haga millonario o millonaria, será mejor que te prepares para competir y ofrecer el mejor producto posible. En caso contrario, más vale que te centres en encontrar necesidades y oportunidades insatisfechas del mercado.

Acelera la creación de tu riqueza

La última parte del libro el “Carril Rápido del Millonario” está dedicada al elemento que MJ DeMarco denomina como “velocidad”.

Por un lado, hace un claro alegato a favor de tomar la iniciativa y comenzar a actuar, en lugar de meditar demasiado las ideas y el plan trazado. La ejecución es lo que diferencia a los ganadores de los perdedores.

Por otro lado, recomienda tomar nota de todas las quejas que puedas escuchar de los “peatones”; es decir, de aquellos que toman el camino de la «acera» como forma de vida y, por tanto, tienen una mentalidad puramente consumista, basada en el placer inmediato. Sus quejas suelen ser excelentes ideas para crear un negocio.

Recopila las quejas de tus clientes y discrimina aquellas que sean abiertamente fraudulentas o una consecuencia de la habitual resistencia al cambio, de las que resulten genuinamente valiosas. Éstas últimas son aquellas que ponen de manifiesto las expectativas insatisfechas de los clientes o la solicitud reiterada de un producto o servicio que no se proporciona.

En tercer lugar, recomienda escoger de forma meditada a los socios de tu negocio, asegurándote de que vuestras mentalidades son compatibles, más allá del hecho de aportar habilidades complementarias.

Finalmente, advierte del peligro de dispersarse con multitud de negocios diferentes en lo que bautiza como «poligamia«. Todo negocio de éxito requiere comprometerse al 100% y, sólo cuando ya ha tenido éxito y se ha estabilizado, es cuando se puede avanzar al siguiente proyecto.

Ahora que ya conoces las principales claves ofrecidas por MJ DeMarco en su libro “El Carril del Millonario Rápido”, accede a tu LibroBox Brain para asimilar y poner en prácticas estos conocimientos cuanto antes.

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